lunes, 19 de marzo de 2012

PASEAR III. En relación a un artículo publicado ayer en El País, sobre salir a caminar.

“El acto de desplazarse caminando resurge en el debate de la modernidad como una forma subversiva y reflexiva de estar en el mundo.” En el artículo se cita entre otros autores a Thoreau y a Walser. Se destaca la condición subversiva de caminar frente a la prepotencia de los conductores y la invasión del dióxido de carbono.

Pasear trasgrede muchas normas, la mayor de todas tiene que ver con la ausencia de propósitos pragmáticos. No hay rendimiento, ni previsión, ni objetivos en el paseo. Tampoco hay una meta que uno deba alcanzar. Habitualmente, el paseo termina en el mismo lugar en donde había comenzado, lo cual es una anomalía si se contempla desde el punto de vista de la renta. En la novela El Paseo, Walser refleja estas ideas a través del  comentario incisivo puesto en boca de un ciclista que, dirigiéndose al autor, exclama: “Me parece que vuelves a pasear en día laborable”.
Como recurso narrativo, el paseo desmantela las fórmulas discursivas más convencionales. Caminar es el mejor dispositivo para poner en marcha el pensamiento. Inventa lugares intermedios de exploración, ignora o mitiga los efectos del relato heredado, promueve encuentros de toda índole, y deja siempre abierta la posibilidad de modificar la ruta. Lo de menos es acertar, o equivocarse.

Para quienes estéis el próximo viernes 23 en Valencia, os animo a pasaros por la galería Paz y Comedias. Eduardo Nave y yo inauguramos a las 20:00 una exposición de fotografías realizadas en el transcurso de múltiples paseos. El proyecto que presentamos se llama Península.


 Eduardo Nave & Juan Millás. Serie: Península.                            

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