jueves, 19 de abril de 2012

TODO PREPARADO


El menhir alumbró la idea de paisaje. Es el primer apunte de una gramática que quizá sirvió para articular la realidad, como imágenes descriptivas contrapuestas a la visión de un bosque indescifrable. Antes del menhir -imagino- no habría paisaje. Solamente estaba el lugar, pero se trataba de un lugar sin relato, un bosque oscuro, hermético; un espacio sin expresar, sin sentido. He querido averiguar dónde estaban estas figuras, los menhires, y si detrás de las mismas aún sería posible asomarse a lo anterior, vislumbrar un resquicio del fondo oscuro original. Imaginé que podría encontrar el rastro de la transición entre ambos mundos: el bosque real y el bosque fingido.

Tengo todo preparado: el proyecto que ahora retomo propone una comprensión de la idea de “paisaje” en un deambular por los bosques de Bretaña (Francia) queriendo encontrar un menhir.

Bosque fingido 2011/2012.